Hace un tiempo pinté un retrato muy especial, el de mi abuela.A partir de una foto de 1929.Una de esas fotos que uno puede mirar durante un buen rato porque le atrapa pensar en ese momento robado al tiempo y preservado para siempre.
Y reconozco los rasgos familiares en su cara adolescente, cuando la vida era aún una promesa, una incógnita por desvelar.
Espero que sea el primero de muchos cuadros dedicados a devolver color al pasado.
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